La universidad está muriendo

La universidad está muriendo

¿Por qué afirmamos que la universidad está muriendo?

En un mundo cambiante, donde todo lo conocido y establecido como “normalidad”, mañana, puede ser muy distinto, la universidad sigue siendo una institución del siglo XIX para alumnos del siglo XXI. Por eso afirmamos que de la forma en la que la conocemos, la universidad está muriendo.

Como dijo Charles Darwin en su teoría evolutiva, solo sobrevivirá el más apto.

Si en la era de la conectividad y la información la Universidad no se adapta a los nuevos tiempos, poco a poco (y como ya está sucediendo), los alumnos comenzarán a elegir nuevas formas de aprendizaje y formación.

Internet nos enseñó que todos podemos ser profesores si tenemos una habilidad que mostrar, que la información y el conocimiento están en todos lados, que no hace falta salir a comprar un libro físico porque en minutos puedes tenerlo en tu casa, y muchas veces Gratis.

Con los precios que suelen tener las universidades, salvando algunas excepciones de universidades públicas, competir contra la enorme cantidad del contenido de calidad gratuito que existe es uno de los motivos por los que decimos la universidad está muriendo.

Hoy en día son muchas las plataformas que ofrecen certificaciones profesionales y/o títulos universitarios y que, a diferencia de las universidades tradicionales, el alumno puede acceder al conocimiento de una forma rápida, a muy bajo costo y de manera más personalizada en muchos casos.

El prejuicio que hay con la tecnología en la educación creo que es sobre todo, porque obliga a reinventar prácticas docentes a las que estamos acostumbrados, quedándose la universidad tradicional en un lugar muy cómodo, porque es más fácil pensar que la revolución informática genera “carencia” en vez de capacitar a los profesionales, investigar sobre que herramientas favorecen al conocimiento e invertir en ello.

También creo que sucede que es más fuerte el ego de quienes se sitúan en posiciones muy conservadoras que piensan a la docencia del siglo pasado como la única forma eficiente de enseñar, y que la tecnología generaría desconcentración haciendo que el estudiante no pueda aprender correctamente.

Algo que también pasa por mi cabeza es que quizás, el docente tradicional se siente intimidado, con algo de miedo porque si de tecnología estamos hablando, el alumno es ahora quien sabe más y/o más rapidez de aprendizaje tiene en este campo.

Y este es otro de los motivos por los que creemos que la universidad está muriendo.

Mirar a la tecnología o tenerla como algo exterior es una forma de no hacerse cargo del impacto que esta genera. ¡Algo que hoy en día es indiscutible!

Claro está, que esta falta de capacitación se da sobre todo en países donde poco se valora al rol del docente, desde su retribución económica hasta el poco “status social” o el poco reconocimiento que hay en la sociedad hacia esta profesión tan importante.

Hoy ya no sirve seguir discutiendo con las instituciones tradicionales sobre la tecnología en las aulas, porque:

1. Parece imposible hacer poder hacer entender esto a una institución tan arcaica y

2. La tecnología en las aulas y la educación alternativa, YA ES UN HECHO!

Lo que sucederá es que las nuevas formas de aprendizaje y formación, si la universidad no quiere reconocer esta realidad la dejará afuera.

En las Universidades tradicionales se continúa utilizando un modelo educativo en donde solo uno es el que sabe y está por encima del resto (el profesor) donde el objetivo es formar trabajadores obedientes que cuestionen poco, que estén censurados, y donde quede bien en claro quien tiene el poder.

También se sigue evaluando el conocimiento del alumno por su memoria, como si esa fuera la única manera de aprender. Este modelo viene desde Prusia, año 1525, casi 500 años atrás, y continúa perpetuándose en la actualidad.

¿Cómo es que acaso todavía no se cuestiona esto la institución? Se podría utilizar pedagogías como por ejemplo el modelo Flipped Classroom, donde los alumnos son protagonistas, ellos interactúan entre sí, las clases son más participativas, se motiva al alumno, y se utiliza más la práctica, no únicamente la teoría.

Repensando los métodos de evaluación:

¿Qué sucede con la metodología de evaluación en la educación tradicional?

Alumnos que solo memorizan textos y respuestas, con capacidad de resolver exámenes, aprobarlos con buenas notas, pero que luego no se llevan nada de aprendizaje.

Alumnos que son solo un número, que no son reconocidos por sus profesores, donde la motivación, lo emocional, y la búsqueda por su propósito de vida, se pierden.

Porque son solo uno más al que encasillan para servirle a un sistema. No hay recreación, no hay prácticas en la materia, solo contenido teórico y poco actualizado y sobre todo, un asesinato a la creatividad. El error principal de estos métodos es que la evaluación se reduce a la calificación, a la sumatoria de notas, al resultado, dejando de lado el proceso y la importancia del aprendizaje.

A diferencia de esto, las nuevas formas de educación alternativa, ofrecen actividades a realizar, muchas de ellas en equipo y promulgando la co-creación y la cooperación, a la vez que busca sugerir un ritmo de trabajo concreto que, según la experiencia, garantice el logro de los objetivos en el tiempo disponible.

Cada actividad forma parte del proceso de conversión de la tarea a realizar en conocimiento práctico y teórico para su participación profesional en el futuro.

El centro es el alumno, quien hace al proceso personal, sin tener que encasillarse, a su ritmo y forma, y el docente es quien guía, acompaña, resuelve dudas, asiste y ayuda a enfocar al alumnado. ¿Estudiar o recordar de memoria es la única manera de aprender? Las nuevas formas de Educación, con la implementación de la tecnología, están utilizando el juego, el aprender desde la experiencia, el conectar con otro para nutrirme de conocimiento, de maneras dinámicas, lúdicas e interactivas.

De esta forma, el alumno realmente se dedica a APRENDER, a absorber conocimiento que luego le servirá para su práctica profesional, y no solo está estudiando para que se le otorgué un papel con un título.

Cambiar las formas de enseñar y aprender, genera motivación y deseos de superación personal. En cambio, la educación tradicional tiene un alto porcentaje de alumnos que solo están ahí porque sus padres lo desean, porque tienen que cumplir con un deber, y su único objetivo es recibir su título, sin importar el proceso ni el conocimiento.

Y es por eso que tiene que cambiar. Porque si no cambia la universidad va a morir, de hecho la universidad ya está muriendo, las tasas de abandono serán gigantes y será reemplazada por nuevos formatos educativos.

Hay proyectos que quieren aprovechar esta oportunidad y cambiar para siempre la educación. O mejor dicho: que ya lo están haciendo. Presentaremos algunos en la parte 2 de este artículo, próximamente…

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